La semana pasada la startup chilena Holo XR lanzó el primer metaverso de origen latinoamericano, el Minverso, un entorno virtual e inmersivo creado para mejorar los flujos de trabajo y catapultar la eficiencia y productividad de la industria minera. El hito fue acogido por el público con el asombro y la emoción que suelen suscitar las gestas heroicas. Y es que el proyecto, por ahora único en su especie, fue desarrollado en un tiempo que quizás debiera aparecer entre las páginas del Libro Guinness de los Récords: tan solo tres semanas. Hemos hablado con el líder del proyecto, el arquitecto Rodrigo González Guerra, quien, junto a un equipo lleno de talento, ha convertido a Chile en el primer país fabricante de soluciones metaversales aplicadas a la minería, un tipo de activo de incalculable valor que promete transformar dicho sector en un futuro cada vez más presente.
De formación eres arquitecto. ¿Cuándo supiste que querías dedicarte a la Realidad Virtual?
En 2015. Supe que me quería dedicar a ello tras haber tenido la experiencia de realidad virtual con el Oculus Developer Kit 1. En ese momento cofundé una startup “Sociedad de inversiones Metaverso Limitada”, que es el nombre original de mi empresa.
Usaste el término metaverso para darle nombre a tu empresa cuando era una palabra prácticamente desconocida. ¿Qué concepto de metaverso tenías en 2015?
La definición hasta el día de hoy no está cerrada. Yo tenía una interpretación de lo que quería que fuese un metaverso muy similar a lo que está siendo hoy en día el Minverso. Naturalmente en ese entonces no había ni condiciones tecnológicas ni culturales para poder desarrollarlo. Yo iba a compañías mineras y les proponía construir un metaverso donde las personas pudieran estar dentro de los modelos BIM, por ejemplo. Me parecía fabulosa la posibilidad de estar dentro de una estructura que todavía no había sido creada para revisarla y entenderla antes de construirla. Luego comprendí que la clave eran las relaciones sociales dentro del metaverso, la interacción en tiempo real con otras personas. Cuando interactúas con otra persona se produce el click de inmersión, es decir, de inmediato sientes y piensas que estás ahí realmente. El metaverso es el videojuego más grande del mundo pero el punto de inflexión que lo ha hecho escalar ha sido su transformación en una red social. Eso en 2015 no existía.
¿Y cómo llegas a Holo XR? ¿Cuándo la fundas?
No ha sido un camino lineal. Un emprendimiento tiene altos y bajos. En 2015 también creé una marca, MetaVR, con la que buscaba precisamente llegar a construcciones de Realidad Virtual, porque el metaverso en sí mismo era algo incomprensible en aquel entonces. Nadie me hubiese creído si entonces hubiera dicho que el metaverso iba a ser una revolución. Por tanto, partimos con la VR. Hicimos muchas cosas en varias industrias: turismo, medicina, construcción…
¿Y qué pasó con MetaVR?
No tuvo la continuidad necesaria respecto a ingresos y tuve que detener su desarrollo durante 3 años y medio. No obstante, continué con la VR, hasta que en junio de este año me dije: es ahora. Tomé la decisión y me dediqué exclusivamente a fundar Holo XR, desarrollando al principio un software para la industria de la construcción que ayudara a mejorar el rendimiento y la productividad aplicando Realidad Extendida en combinación con BIM. Usamos la interfaz de Realidad Mixta in situ para que los trabajadores vieran lo que tenían que hacer sin tener que imaginarlo. Ese era el propósito del proyecto y le fue muy bien. Acabamos de cerrar una primera ronda de financiamiento para apalancar este desarrollo. Luego vi el anuncio del paso de Facebook a Meta y me dije: “esto es lo que hemos pensado durante 5 años y lo tenemos listo en cuanto a arquitectura, código, todo”.

Ya veo. Ahí te decidiste a crear tu propio metaverso, pero… ¿por qué decidieron crear uno para la industria minera? ¿Cómo surgió la idea?
Un poquito antes del anuncio del paso de Facebook a Meta ya se sentía interés en el tema por parte del sector minero. Empezaron a contactarme por LinkedIn personas del ecosistema minero. Por una parte, algunos proveedores me pedían hacer un showroom de Realidad Extendida para mostrar motores, bombas, jumbos, camiones, etc. Por otra parte, me contactaron mineros o personas directamente relacionadas con la extracción para decirme que querían estar en la sala técnica de manera virtual para consultar datos en tiempo real y operar en remoto. También me contactaban consultores asociados a la minería, todo desde el punto de vista de su área de influencia. Y un día, tres semanas antes del lanzamiento del Minverso, vi que si mezclaba los intereses de todos podíamos crear el espacio común donde iban a coexistir el proveedor, el minero, el consultor. Dejé de entenderlo como desarrollo disgregado y empecé a verlo como un espacio común. Tuve la visión y me dije: “esto es el metaverso; hay que hacerlo”.
Y desde esa visión hasta el lanzamiento… ¿Pasaron 3 semanas?
Sí, tres semanas ininterrumpidas. Llamé a gran parte del equipo, les expliqué y fue un: «¡vamos!». De cabeza a construir el Minverso. Era una carrera contra el tiempo porque sentía que ahora era el momento, que lo tuvimos siempre ahí.
Ya llevabas tiempo desarrollando Realidad Extendida…
Exacto, no partía de cero. Había estado desarrollando la arquitectura durante 5 años, con varios proyectos. Y también tenía un equipo. Entonces fue cosa de llamar y decir: «oye, esto lo intentamos hacer hace años». «Sí». «Pues es ahora el momento». «¿En serio?». «Sí». «¿Confío en ti?». «Sí». «Perfecto, démosle». Yo entiendo la concepción general de la programación porque me metí a aprender por falta de recursos para contratar programadores. Es un constante aprendizaje porque estamos creando algo que no existe y los miembros de mi equipo tienen esta increíble capacidad, conocimiento y disposición. En este sentido, el mayor valor que tenemos hoy en día son las personas talentosas que han hecho posible el Minverso.
¿Y cómo fue el proceso de creación del Minverso?
Rescatamos mucho de lo que habíamos creado en desarrollos desconectados durante todo ese tiempo, recogimos nuevas ideas, hicimos un mix, lo consensuamos y… ¡play! Ha sido una linda locura. Tuve la certeza de que debía contactar a los players de la minería que habían buscado a HOLO XR en algún momento a través de las redes, pues eran profesionales reconocidos de la industria y esta era la oportunidad de invitarlos a ser parte de la contrucción de un entorno virtual e inmersivo revolucionario para la minería. Debían ser parte de su inauguración.

¿Cómo va a cambiar el Minverso la minería chilena? ¿Marcará un antes y un después?
Chile vive de la minería. Es la billetera fiscal del país, la actividad industrial más importante. Efectivamente, el Minverso marcará un antes y un después. Vamos a ahorrar desplazamientos y a ser más productivos; ir hoy día a una faena minera es un trabajo de logística complejo. Muchas veces se requiere una hora y media de ida y otra hora y media de vuelta en condiciones de camino a veces complicadas e inseguras. Las personas van a poder estar en su casa, operando a distancia.
Pero sin duda el cambio más importante es la virtualización de las relaciones entre proveedores y clientes. Hasta ahora los proveedores han tenido que ir a las oficinas para mostrar sus productos. Ahora podrán venderlos directamente en instancias dentro del metaverso. Y además, si el software indica la necesidad de cambiar algún componente de un tablero eléctrico, por ejemplo, tal operación se va a gestionar ahí mismo, en el Minverso. El proveedor se conectará, revisará y dirá si efectivamente hay que cambiarlo o no. En definitiva, la asistencia técnica se llevará a cabo directamente dentro de este espacio virtual. Sin duda esto es algo que va a aumentar la eficiencia, a mejorar los tiempos, a reducir la burocracia y a dar la posibilidad de producir de una forma más sustentable.
¿Desde el Minverso se pueden ajustar los equivalentes virtuales de los parámetros de la sala técnica y mediante automatización en tiempo real, el parámetro real se va a ajustar también? Es decir, ¿la mina obedece al Minverso?
Sí. Eso es. Y todo con tecnologías que vienen desarrollándose desde hace ya tiempo. Por ejemplo, el Internet de las Cosas encaja perfectamente dentro de este universo virtual, ya que otorga control sobre el comportamiento en tiempo real del activo real. Vamos a poder consultar los datos en el Minverso de manera sincronizada con el mundo físico, tanto a efectos de visualización como de operación. Es decir, puedo detener el gemelo digital de un motor en el metaverso y en el mundo real ese motor se va a detener al instante.
¿Qué es lo más difícil de construir un metaverso?
Creo que la visión, el concebir la dinámica general, las relaciones, las instancias de comunicación, el marco regulador, la política, los espacios de networking… Una vez que se consolida la visión, toca construirla, pero lo más complejo es el diseño conceptual y llevar el mundo físico al mundo virtual, considerando las infinitas posibilidades.
¿Cuánto pesa el Minverso? ¿Gigas, teras, petas?
No alcanza el giga. Creo que son unos 600 megas. Tenemos 3 rooms solamente, pero pueden ser millones de rooms. Está alojado en la nube y se accede a través de una APK.
Publicaste hace poco en tu LinkedIn que tres días después de su lanzamiento el Minverso ya contaba con usuarios en 6 países. ¿Cuáles?
Francia, Estados Unidos, Colombia, Costa Rica, Perú y Chile. Se trata de personas que forman parte del ecosistema minero. Por ejemplo, la persona que se conectó desde Estados Unidos es Jorge Gárate, un proveedor de correas de transporte de mineral. Para él la cuestión geográfica era una barrera importante pero hoy en día vende sus correas en el Minverso. Fue la primera persona en tener un showroom de su producto en el Minverso. El día del lanzamiento hizo su presentación desde Estados Unidos.

¿Cómo ves posicionada a Latinoamérica de cara a los retos que plantea la nueva era de los metaversos?
Soy optimista, porque siento que tenemos el recurso, la materia prima necesaria para que Latinoamérica sea un actor importante, pero a la vez, para que pase, tiene que haber apoyo público y privado para fomentar este nuevo ecosistema.
¿De qué materia prima se trata?
La creatividad. Yo siento que en Latinoamérica hay mucha creatividad y es algo que no se encuentra en otras latitudes al nivel que se encuentra acá. Pero naturalmente para operativizar esa creatividad se requiere que el latino trabaje en estos ambientes y que se cruce el umbral hacia esta nueva era. Ese es el mayor desafío. También hacen falta buenas decisiones por parte de las personas encargadas de tomarlas, por ejemplo, en materia de educación. Y habría que construir ecosistemas de startups para la construcción de metaversos.
Hoy el éxito va más relacionado a las pequeñas empresas, incluso a los freelancers, que a las grandes corporaciones, precisamente porque la estructura de las grandes empresas no son ad hoc para la investigación y el desarrollo de nuevas soluciones, porque son estructuras muy rígidas. En una startup, si somos 2 miembros, tomamos la decisión y al día siguiente pasan las cosas. Construir un metaverso en 3 semanas es imposible para una empresa grande. No por las condiciones económicas, sino por la capacidad de desarrollo y por la velocidad. El nuevo paradigma del éxito empresarial no depende hoy en día del tamaño, sino de la velocidad. Con las políticas correctas, Latinoamérica podría ser un actor protagónico en el sector de los metaversos.
¿Cuáles son tus aspiraciones para el futuro? ¿Con qué sueñan ahora tú y tu equipo?
Estamos cumpliendo un sueño. En el 2015 la aparición de los metaversos era una cuestión de años. Hoy en día son cuestión de semanas, meses, es decir, ya estamos viviendo el presente en función de lo que pensábamos hace años. Creo que es la mayor revolución tecnológica a la cual nos hemos enfrentado como humanidad y consideramos un tremendo logro haber sido los primeros en construir esto en Latinoamérica. Naturalmente me gustaría que los metaversos se operativizaran en función de causas nobles y que nos convirtieran en una sociedad mejor, más justa. Y en conclusión, me gustaría ser mucho más eficiente y productivo desde la perspectiva de un metaverso industrial. Ese es mi horizonte a mediano plazo.