La vocación artística de Salustiano nació cuando tenía 5 años. Este pintor sevillano era tan solo un niño cuando, el día de Reyes de 1970, decidió hacerse amigo inseparable del pigmento. “Hice un dibujo que a mi madre le encantó. Se lo enseñó a mi padre, a mis tíos y a mis hermanos. Entonces pensé que si a través de un dibujo podía conseguir tanto cariño, yo quería hacer aquello”, explica el artista. El hiperrealismo matemático de sus lienzos lo ha llevado a exponerlos en galerías de Berlín, Palm Spring, Estambul, París, Múnich, Basilea y Seúl, entre otras ciudades. Se trata de uno de los pinceles del panorama ibérico contemporáneo que más mundo ha visto. El pasado sábado, coincidiendo con la celebración del Día Contra el Uso de los Niños en las Guerras, Salustiano ha puesto a la venta en Opensea su primer NFT, con la intención de donar a Unicef el 50% de la venta. Hemos hablado con él sobre el futuro del arte en general y del suyo en particular, al calor de la radical transformación que los tokens no fungibles y los metaversos están generando en este y otros mercados.
En un reportaje para Televisión Española decías que, en un momento en que se estaba haciendo “mucho prêt-à-porter”, es decir, “mucha camiseta en el arte”, tú querías hacer “alta costura”. Acabas de lanzar tu primera obra acuñada como NFT. ¿Qué opinas sobre el modo en que este formato está cambiando el mercado del arte? ¿Qué oportunidades ofrece la tokenización para los artistas?
Cuando dije que quería que mi obra tuviera el mismo concepto que la “alta costura”, me refería a que quería que mi trabajo fuera meditado, sin improvisación, sólido, con aspiración de eternidad. Tanto en el contenido como en el concepto y en los materiales usados.
Esta búsqueda de la perpetuidad de las obras, que es clásica en la historia del arte, encuentra, en el mundo virtual y del metaverso, una posibilidad de eternidad que me imagino infinita, sin que el paso de los años pueda hacer mella en su forma o en los matices de los colores que la integran. Y esto me parece fascinante. Por otro lado, el NFT democratiza el arte y lo hace más cercano. Si bien en los últimos años, las ferias han conseguido acercar más el arte a la gente, el arte en NFT llegará a cualquier rincón del mundo.
En Territorio de Ternura, Calm Alarm y Miguel con Hacha has plasmado a niños sosteniendo un machete, una pistola y un hacha, respectivamente. ¿De dónde surgió la inspiración para que explorases la infancia y la guerra como motivo artístico?
La niñez es un territorio donde no debería tener cabida la violencia de los adultos. Los niños no deberían a jugar a matar pero sobre todo, bajo ningún concepto, los niños deberían verse obligados a matar o ser matados en guerras de verdad.

Tu obra está fuertemente inspirada en el Renacimiento, una época de la Historia del Arte que vio un nuevo despertar del humanismo tras siglos dormido en la oscuridad medieval. Ahora, con el auge del arte generativo, fruto del uso de la inteligencia artificial como herramienta creativa… ¿Por qué derrotero crees que andará el futuro del espíritu artístico?
El arte es comunicación e, independientemente de los medios y de la manera de comunicar, el intercambio de emociones será el mismo. Como artista, me parece muy interesante la experiencia de borrar fronteras entre lo real y lo virtual. Porque en nuestro interior las emociones se viven con las misma intensidad, si no, pensemos en un sueño. En un sueño podemos sentir un sinfín de emociones que no se diferencian de las emociones que sentimos en vigilia.
El arte virtual nos va a emocionar como lo hace el real y, si me apuras, puede que más. Imagina que te puedes meter dentro de un cuadro e interactuar con los personajes. La Venus de Botticelli recién salida de la espuma del mar viene y te pide que le pases una toalla.
Además del Renacimiento, ¿qué influencias han contribuido a forjar tu estilo?
Podría parecer evidente que pinto como los maestros del clasicismo. Formalmente, esto podría ser, pero conceptualmente estoy más cerca del pintor de las cavernas. El arte nace con una intención religiosa y mágica, no decorativa, como pudiéramos pensar. El hombre de Cromañón representaba en las cuevas todo lo que deseaba que le fuera dado por la naturaleza, estaba representando su ANHELO. Yo represento el mío: un mundo ideal, sereno, lleno de belleza, como sinónimo del bien absoluto.
Dicho esto, soy muy permeable a la belleza en la naturaleza, las pistas de los aeropuertos, los anuncios de jabones y el silencio.
Tu obra recuerda mucho a la de otro pintor hiperrealista español, Antonio López. De alguna manera arcana, tus cuadros continúan el rico legado artístico de nuestro país. ¿Cómo ves al arte pictórico español en el contexto internacional?
Muchas gracias por la comparación. Respeto mucho el trabajo de Antonio López. Es un artista muy genuinamente español. Yo, en cambio, no acabo de verme como un artista español. Mi temperamento es más germánico y curiosamente, mi mejor mercado, con diferencia, son los países germánicos. El arte Español está actualmente muy presente en los mercados internacionales, algo de lo que me alegro mucho. Recuerdo mis primeras ferias en Seúl o Colonia donde yo era el único español.
Llevas exponiendo tu obra desde 1994 por innumerables ciudades de todo el mundo. ¿Te has planteado exponer tu obra en algún metaverso?
Por supuesto. El fin de cada obra es ser vista por el mayor número de personas posible. El metaverso abre unas posibilidades antes nunca vistas, por lo que espero poder exponer mis obras en algún metaverso… ¡pronto!
El NFT posee una versatilidad enorme a la hora de comercializar obras. ¿Tienes pensado lanzar más obras tokenizadas? Si es así, ¿en qué sentido irán las nuevas colecciones?
Claro, creo que este es un viaje sin retorno. De hecho, la gente que me sigue lleva mucho tiempo preguntándome por los NFT. Mi idea es que cada vez mis obras sean más pulidas, que la idealización con la que trabajo en mis obras sobre lienzo den un paso más, dos, o ya puestos, al infinito y más allá.